martes, 12 de julio de 2011

Tema por su seguridad

Los manilargas están a la vuelta de la esquina y es imprescindible saber defenderse. Existen distintas herramientas para salvar ileso de un asalto, y es absurdo que las desconozca. De lo contrario, no tendrá más alternativa que agachar el moño y entregar rendido hasta la última chauchas que le quedaron metidas entremedio del bolsillo. Si ya está acostumbrado, sabe a lo que me refiero.

           Por Esteban Acuña

“Qué iba a pensar yo que en el trayecto a mi casa me iba a topar con tres flaites con pistola. Me quitaron la guitarra, toda la plata, y hasta mis cigarros. Meno' mal salve mi mochila; ma'encima me pegaron unos ‘charchazos’. Si hubiese tenido un pistola, le pego un balazo altoque. La dura que ni la pienso”.

Más de alguno de nosotros ha sido asaltado en al menos una oportunidad en la vida. Hace no más de un mes le tocó a Julio. Lo atraparon cuando iba llegando a su casa, como a dos cuadras. Lo más increíble de todo es que no es la primera vez que le ocurre, sino que la cuarta. “Ahora ni en sus barrios puede andar uno tranquilo”, comenta Julio, enrabiado.

El otro día caminaba por Paris con Londres cuando un joven moreno, delgado y sin polera le robó una cámara fotográfica a una turista española. Un estudiante del Instituto Nacional se dio cuenta y llamó a sus compañeros de curso y entre todos lo salieron persiguiendo. El lanza se escondió en el Hotel Vegas y la patota esperó lo afuera para lincharlo. Al pobre diablo lo sacaron a la fuerza del hotel y apenas apareció ante la mirada de todos los que lo esperaban, le llovieron los golpes y los escupos.

José Luis, durante años ha trabajado en el centro de Santiago y dice que ya es habitual que la gente se tome la justicia por sus propias manos. “La población ha perdido la paciencia y la confianza por los que están encargados de mantener el orden”.

Ya no es extraño ver que la gente se arme descontroladamente, que aprenda artes marciales más allá que por mero hobby, o que invierta en herramientas antirrobo: spray de pimienta, electroshock o instalaciones de seguridad en los hogares, entre otras cosas. Cualquier instrumento que les sirva para evitar un robo, dicen, vale pena.

Justicia: Armémonos, disparemos y matemos

La típica frase “las armas son un mal necesario” no tiene cabida en esta líneas. Para Mario Escobar, jefe de la sección de defensa de Armarket, las armas no son un mal y son necesarias.

Si tu ves el nivel de delincuencia que hay en Santiago y la forma en que los ladrones cometen sus ilícitos o asaltos, te puedo garantizar que ninguno anda sin un arma, por lo tanto, la única forma de defenderse es teniendo la tuya inscrita legalmente”, asegura Escobar.

Comprar un arma es considerado para muchas personas como la última instancia para defenderse de un asalto. Esto porque no es fácil tomar la decisión de tener una bajo tu cuidado. Lo primero, hay que aprender a ocuparla; segundo, hay que vencer el miedo a disparar y saber cuándo hacerlo; y tercero, hay quienes piensan que armarse significa agravar el problema y contribuir al aumento de la violencia.

Según Escobar, esto no es así. “La ley 17.798 enseña a los compradores las normas de uso de un arma. Los ladrones, en cambio, no saben nada de eso. Si los delincuentes ven que la mayoría de la población tiene su arma de defensa yo no creo que se arriesgarían a comprometer su integridad física o a morir. Lo veo difícil. Por lo tanto, armarse no significa más violencia, sino más seguridad”.

La pistola o el revolver –las dos armas más compradas por los clientes, según Escobar– son las que provocan mayor detención del delincuente. El arma blanca, como la cuchilla o cualquier artefacto de corto alcance, no es una buena alternativa: el ladrón podría aprovechar el momento y atacar a sangre fría.

Antes que un balazo, aplique persuasión

La mejor arma para reducir a un ladrón es la persuasión”. Con esta frase Mario Castro, cinta negra de Kárate y profesor de la escuela de la misma disciplina ubicada en la comuna de La Florida, sostiene que las armas no son la mejor alternativa para evitar un asalto.

Las armas las carga el diablo y sólo contribuyen a crear más violencia. La gente tiene miedo y quiere defenderse con sus propias manos. Eso se traduce en que quieran aprender distintas formas de protegerse, pero a través de una alternativa distinta, que no signifique utilizar las armas”, relata Castro.

Una cosa hay que tener en claro. Para usar el Kárate a nuestro favor o cualquier otra arte marcial como defensa personal y obtener resultados positivos, que es, a fin de cuentas, reducir al ladrón, es necesario dominar la técnica.

Las personas deben saber que al momento de aprender Kárate no basta con una o dos clases, ni tampoco existe un ‘curso rápido de defensa personal’. Acá se aprende a través de la constancia, el esfuerzo y la disciplina, dice Mario Castro, y parecer ser que ése es el problema.

Otras alternativas: Gas pimienta y electroshock

Si ya está aburrido/a de caminar por las calles de la ciudad con la amenaza constante de ser asechado/a por un ladrón y no se maneja con las pistolas por miedo a disparar al blanco equivocado; y menos se maneja con los puños, porque siempre sale perdiendo, prefiera Gas Pimienta, un spray que lanza un potente gas con carga de esencia de pimienta, oleorosina de pimiento, que deja inmediatamente reducido al lanza antes que intente siquiera aprovecharse del ciudadano desarmado. ¡Llame ya!”.

Seguramente ha escuchado alguna vez un aviso parecido del famoso Gas Pimienta. El Gas Pimienta es un arma con un efecto devastador. Provoca hinchazón en los párpados, picazón en los ojos, constricción de las vías respiratorias y el afectado cae rendido al suelo, con la cara ardiendo y completamente ahogado, todo eso por 40 minutos. Su precio oscila entre los 12 y 38 mil pesos, de acuerdo al tamaño del frasco, y su demanda ha aumentado crecientemente en Chile y se puede encontrar en cualquier armería del país.

Otro dispositivo parecido es el electroshock, una herramienta que provocan descargas eléctricas suficientemente fuertes como para dejar aturdido a un ladrón. Hay desde celulares, bastones y espadas, que apenas se acercan a un sospechoso descargan un golpe eléctrico. Éstas cuestan un poco más, alrededor de los 40 mil pesos.

Rubén Garrido trabaja como vendedor en Todo Espía, una empresa que dispone de diversas herramientas para la defensa personal. Según él, la venta de armas como estas han aumentado crecientemente durante los últimos años y eso se debe exclusivamente a sus buenos resultados. “Antes que andar con pistola, cuchillo o cualquier otra arma, es mejor utilizar algo más discreto y efectivo como el gas pimienta o los electroshock.”

El aumento de la delincuencia y la inseguridad no sólo se advierte en el aumento de las ventas de este tipo de productos, también en las agencias de seguridad privada, como ADT, Patroll o SAT, que ofrecen sus servicio de alta tecnología en casas y empresas.

Parece que todo sigue de acuerdo a lo que un día advirtió Don Graf, el sabueso de la seguridad, por la tele: no hablen con desconocidos, no reciban a nadie que llame a su casa, permanezcan escondidos en sus hogares, enreje sus casas, coloque alarmas y por ningún motivo apoye su trasero en los asientos de atrás de la locomoción colectiva. Si sigue esas indicaciones al pie de la letra, se supone que estará a salvo. Y lo más importante, tema por su seguridad.

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